El barrio porteño de San Telmo y el arte contemporáneo ya forman una alianza que crece día tras día. Galerías con trayectoria que deciden mudarse a la zona y nuevos espacios que nacen con la idea de promover a los artistas más jóvenes y a la experimentación definen, así, un nuevo circuito cultural, integrado por unas 30 galerías y centros difusores del arte. Se trata de una tendencia que se suma al proyecto del polo sur que tiene como eje al Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (Mamba), cuya reapertura se prevé para fines del próximo año. Y más al sur de la ciudad, en octubre, se reinaugurará la Fundación Proa, en el corazón de La Boca, que acrecentará su espacio y sus actividades. Galeristas y promotores culturales coinciden en que era hora de que la zona de San Telmo, con el atractivo de su casco histórico, su arquitectura y la gran afluencia de turismo en los últimos años, tuviera un circuito de arte. A las galerías y espacios existentes, se sumará pasado mañana la galería Zavaleta Lab, que ultima los detalles de su nuevo espacio en Venezuela 567, y que casi cuadruplica los metros que tenía en la calle Arroyo. "Siempre me encantó San Telmo. Me siento más cómodo en un espacio así en la zona sur. Todos los que estamos vamos a trabajar para que haya buen nivel de arte", dijo a LA NACION Hernán Zavaleta, que presentará en su nueva galería de 800 m2 propuestas cada vez más contemporáneas.
El galerista Alberto Sendrós, de la galería homónima, está en conversaciones avanzadas por un nuevo espacio cerca de la plaza Dorrego. "¿Por qué mudarse a San Telmo?", le preguntó LA NACION: "Hay todo un eje en torno a la zona sur que la vuelve atractiva. Hay muchas galerías instaladas, el mercado de anticuarios; tendremos el Mamba, Proa, y el público responde", consideró Sendrós. La experimentación Uno de los espacios de la zona que nació con la idea de promover el arte joven más experimental fue Appetite, que surgió hace tres años en Venezuela 638. Luego, se mudó a un local mucho más grande, en Chacabuco 551, donde está hoy. Sin embargo, el local originario de Venezuela se reabrió en septiembre del año pasado con el nombre de Tanto Deseo. La mentora y directora de ambos espacios, la joven Daniela Luna, comentó: "Cuando empecé, me pareció una zona en crecimiento ligada con el arte, el diseño, bares. San Telmo mezcla muchas cosas y su arquitectura es particular". La galería 713 Arte Contemporáneo (Defensa 713) abrió en mayo de 2006 de la mano de otra joven, Julia Grosso. La mayoría de los artistas de su staff tienen menos de 30 años. Y en noviembre pasado, el escenario se nutrió con una original propuesta, la del espacio de arte Ni un Día sin una Línea (Defensa 1455), dedicado exclusivamente al dibujo. Lo impulsó un grupo de diez artistas de distintas edades con la consigna de que cada integrante hiciera por día un dibujo monocromo en una hoja de tamaño A4. También en noviembre abrió la galería Masottatorres (México 459), que se dedica sobre todo a la pintura. "No nos podemos quejar; trabajando con más de 30 artistas", dijo Damián Masotta, quien indicó que los compradores son en partes iguales locales y extranjeros.
La galería Wussmann (Venezuela 570) se instaló en 2004. Su iniciador, César Menegazzo Cané, recordó que entonces los referentes artísticos eran el conocido Espacio Giesso, el Museo de Arte Moderno y la Casa de Castagnino. "Todos los cascos históricos en todos los barrios del mundo albergan lo mejor del arte, el diseño y la moda." El galerista comentó, asimismo, que cuando se instaló, el coleccionismo local "era reticente a venir, pero hace dos años cambió". El Espacio Giesso (Cochabamba 360) fue pionero en la zona, de la mano del arquitecto Osvaldo Giesso, que lo abrió en 1968 y desde entonces es un lugar de encuentro para el arte contemporáneo. En tanto, la galería Isidro Miranda, que nació hace seis años en San Isidro, abrió su sucursal de San Telmo (Estados Unidos 726) en 2005. Promoción de artistas La Fundación Tántica tiene su sede en la calle Tacuarí y está dedicada a promover el arte joven argentino en el país y en el exterior. "El proyecto comenzó hace tres años y es la primera sede", dijo a LA NACION el coleccionista Juan Vergez, al frente de la fundación. En tanto, Proyecto A se propone apoyar artistas emergentes, asesorar a coleccionistas y desarrollar la práctica curatorial. Si bien el proyecto tiene siete años, en noviembre se mudó a San Telmo (San Juan 560). Antes estaba en Florida y Córdoba. "San Telmo se está expandiendo como polo cultural", consideró Patricia Rizzo, curadora del espacio. Y hay más propuestas artísticas, como la de la Casa de Arte, en Carlos Calvo 518, de la artista Graciela Borthwick, que atienden sus propios alumnos desde hace un año. Y la lista sigue. En San Telmo, además, viven importantes artistas argentinos como Felipe "Yuyo" Noé, Josefina Robirosa, Nora Iniesta y otros. Y, por supuesto, los habitantes del barrio y sus visitantes -fundamentales-que tienen cada vez más para mirar, aprender y disfrutar del arte. Por Laura Casanovas De la Redacción de LA NACION
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