Una exposición que reúne obras de los más importantes exponentes argentinos del surrealismo, quienes abordaron en sus pinturas lo fantástico, el subconsciente y los sueños, acaba de inaugurarse en el Pabellón de Bellas Artes de la Universidad Católica Argentina (UCA).
"Presencias y avatares" es el título de esta amplia exposición, que reúne más de 150 obras de artistas como José Planas Casas, Juan Batlle Planas, Ideal Sánchez, Luis Barragán, Vicente Forte, Orlando Pierri, Bruno Venier, Osvaldo Borda, Roberto Aizenberg, Jorge Tapia y Víctor Chab.
Aunque el surrealismo se inició en el mundo a mediados de la década del 20, con la aparición del "Manifiesto surrealista" de André Breton, en la Argentina fueron Planas Casas y Batlle Planas quienes marcaron el quiebre inicial, hacia 1930, de este movimiento que indagaba en las profundidades del subconsciente.
En París, el manifiesto hablaba de "una concepción y una actitud ante la vida; una actitud de libertad, de repudio de todas esas ligaduras de diverso orden que inhiben la naturaleza humana dentro de la sociedad moderna y de respeto de las fuerzas que están dormidas u oprimidas en las profundidades del ser". "Los artistas argentinos apelaban al inconciente, al subconsciente, a romper con todas las estructuras, a no usar la razón ni el pensamiento sino a tratar de hacerlo lo que en literatura se llamaba el automatismo, no respetar las imposiciones", señaló en declaraciones a la prensa la curadora y directora del Pabellón, Cecilia Cavanagh.
Antonio Berni incursionó en el surrealismo con una muestra en Amigos del Arte (1932) de aceptación indiferente y crítica desfavorable, mientras que Spilimbergo ilustró a través de once estampas un relato de Oliverio Girondo, en 1937. "Las primeras muestras de surrealismo no tuvieron ninguna repercusión porque había obras muy difíciles de entender -explica Cavanagh-, por eso hay que tratar de entrar en la forma de pensar del artista, tener un momento de reflexión, para poder comprenderlo". Fue en 1939, cuando el Grupo Orion, integrado por poetas y pintores, organizó en Buenos Aires una exposición de pinturas vinculadas al movimiento surrealista que, aunque tuvo escasa repercusión en los medios, dejó su influencia en las generaciones siguientes. Este colectivo de artistas estaba conducido por Ernesto Rodríguez e integrado por Luis Barragán, Bruno Venier, Alberto Altaleff, Antonio Micheli, Ideal Sanchez, Orlando Pierri, Vicente Forte y Juan Fuentes.
Las obras que integran la muestra pertenecen todas al médico psiquiatra y coleccionista de Arte Mauricio Neuman, "quien trató con esos artistas personalmente, fue amigo de algunos de ellos y de otros fue su psiquiatra. Hay una interacción muy íntima entre el coleccionista y los artistas", explicó la curadora. "La muestra es también didáctica -admite Cavanagh- porque no sólo está presente el surrealismo argentino sino también lo que dejó en el arte argentino". Para apreciar la obra posterior a ese primer impulso, conocida como neo-surrealismo, "se debe comprender que en muchos de los casos la aproximación implicaba solamente algunas asociaciones", detalla Osvaldo Svanascini, miembro de la Academia Nacional de Bellas Artes, en el catálogo.
Para la responsable de la muestra, la exposición evidencia las particularidades del movimiento estético y político en Argentina. "La influencia del surrealismo en los artistas argentinos motivó adherencias colaterales, se identificó con breves períodos o simplemente hizo referencia a alusiones que fluctuaban entre la invención, lo imaginario y lo contrastante", finalizó. Fuente: TELAM
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario